Archivo | 5 febrero, 2015

Cierra tus ojos y verás claramente..

Cierra tus ojos y verás claramente.
Cesa de escuchar y oirás la Verdad.

Permanece en silencio y tu Corazón cantará.
No anheles ningún contacto y encontrarás la Unión.

Permanece quieto y te mecerá la marea del Universo.
Relájate y no necesitarás ninguna fuerza.

Sé paciente y alcanzarás todas las cosas.
Sé humilde y permanecerás entero

Cuando las cosas anheladas ya no se desean, llegan.
Cuando las cosas temidas ya no se temen, se alejan.

-Lao Tsé-

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EL AMOR QUE SURGE DEL SILENCIO

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Hay una gran diferencia entre caer enamorado y elevarse en el amor.
Caemos enamorados por cuestiones biológicos no más. El impulso de sexo nos hace caer y casi siempre entran en juego los celos. Los celos son un señal de que no existe amor auténtico y están relacionados con el amor como cuestión puramente biológico… Es una indicación que no hay confianza. La confianza no se puede imponer: existe o no existe.

Elevarse en el amor es algo totalmente diferente. Se precisa algo de esfuerzo al inicio para elevarse, pero eso es todo. Este tipo de amor surge desde el silencio, la meditación. Es suave y no tiene cadenas.

Las personas elevadas en el amor dan mutuamente más y más libertad y aceptan a la otra persona tal como es, sin querer cambiarla. Saben que la otra persona tiene su territorio que no deben invadir. Existe plena confianza y no hay lugar para celos. La profundidad de una persona se encuentra con la profundidad de la otra persona… El llamado encuentro del ser.

Este tipo de amor es una vía para llegar a ti mismo a través de la otra persona… Es una forma de alcanzar lo divino. Los amantes se ayudan mutuamente en alcanzarlo. Para encontrar este tipo de amor hay que ir descubriendo el amor en nuestro interior.

Y si amamos, tarde o temprano aparecerá la otra persona, porque un corazón amante encuentra tarde o temprano otro corazón amante.

Siempre ocurre así.

~ Osho

Céline Dion – Seduces Me

Sedúceme

Todo lo que eres
Todo lo que serás
Toca la corriente del amor
Tan profundo en mí
Cada suspiro en la noche
Cada lágrima que lloras
Me seduce…

Todo lo que soy
Todo lo que seré
No significa nada en absoluto
Si tú no puedes estar conmigo
Tu más inocente beso
O tu más dulce caricia
Me seduce

No me importa el mañana
He dejado todo en el ayer
Aquí y ahora es lo que importa
Aquí mismo, contigo es donde me quedare

Todo en este mundo
Cada voz en la noche
Cada pequeña cosa hermosa
Brillando a través de tus ojos
Y todo lo que es tuyo se convierte en parte de mi también
Porque todo lo que haces me seduce

Y si debo morir mañana
Me iré con una sonrisa en mi rostro
Doy gracias a Dios por haberte conocido
Me pongo de rodillas
Por el amor que tenemos

Cada suspiro en la noche
Cada lágrima que lloras
Me seduce
Todo lo que haces, me seduce…

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EL NIÑO QUE FUIMOS

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A veces nos invade una sensación de tristeza que no logramos controlar.
Percibimos que el instante mágico de aquel día, pasó y que nada hicimos.
Entonces la vida esconde su magia y su arte.
Tenemos que escuchar al niño que fuimos un día y que todavía existe dentro de nosotros.
Ese niño entiende de momentos mágicos.
Podemos reprimir su llanto, pero no podemos acallar su voz.
Ese niño que fuimos un día continúa presente.
«Bienaventurados los niños, porque de ellos es el Reino de los Cielos».
Si no nacemos de nuevo, si no volvemos a mirar la vida con la inocencia y el entusiasmo de la ¿infancia, no tiene sentido seguir viviendo.
Existen muchas maneras de suicidarse.
Los que tratan de matar el cuerpo ofenden la ley de Dios.
Los que tratan de matar el alma también ofenden la ley de Dios,
aunque su crimen sea menos visible a los ojos del hombre.
Prestemos atención a lo que nos dice el niño que tenemos guardado en el pecho.
No nos avergoncemos por causa de él.
No dejemos que sufra miedo, porque está solo y casi nunca se le escucha.
Permitamos que tome un poco las riendas de nuestra existencia.
Ese niño sabe que un día es diferente a otro.
Hagamos que se vuelva a sentir amado. Hagamos que se sienta bien, aunque eso signifique obrar de una manera a la que no estamos acostumbrados, aunque parezca estupidez a los ojos de los demás.
Recuerden que la sabiduría de los hombres es locura ante Dios.
Si escuchamos al niño que tenemos en el alma, nuestros ojos volverán a brillar.
Si no perdemos el contacto con ese niño, no perderemos el contacto con la vida…

PAULO COELHO

Nada en el mundo puede remplazar a la persistencia. Ni siquiera el talento, ya que es muy común encontrar hombres fracasados pero con talento. Ni siquiera la genialidad, ya que los genios no reconocidos abundan. Ni siquiera la educación, ya que el mundo está lleno de indeseables educados. Solamente la persistencia y la determinación son omnipotentes para resolver los problemas.

-Calvin Coolidge-

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¡sonríe!

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Una de las características más marcadas del chico serio es el hecho que no le gusta ver a las personas tristes. Así que no le importa si conoce o no la persona, si él percibe a una persona triste se acerca a ella y hace de todo para sacarle al menos una pequeña sonrisa. Solamente se va después de ver esa sonrisa en el rostro de la persona. Sintiendo que al menos por unos segundos la persona se olvidó de sus tristezas y/o problemas. Antes de irse el chico serio siempre se despide diciendo: no te lo olvides, ¡sonríe!

Este detalle de su personalidad me ha marcado mucho, porque yo nunca había conocido una persona así. Por lo general a la gente no le gusta ver a las personas cercanas tristes, y de alguna manera buscan ayudarlas, intentando darles ánimo. Pero nunca había conocido a un chico que se incomodaba también con la tristeza de personas desconocidas. Sea quien sea, las que van por la calle o las que viajan en el mismo carro…

Cuando nos conocimos él también me decía para sonreir. En esta época yo todavía no había notado nada raro y solamente pensaba que al chico serio le gustaba ser coleccionista de sonrisas. Sólo después de conocerlo mejor descubrí el motivo porque actuaba así.
Extrañamente percibí que el chico serio casi nunca reía, y por fin supe porque al chico serio le gustaba ganar las sonrisas de las personas sin importarse con su propria sonrisa, lo hacia porque creía que nadie merecía ser triste tan como él lo era. Irónicamente el chico serio, por esa misma personalidad, escuchó muchas historias, aconsejó a mucha gente y sacó muchas sonrisas pero nadie nunca se preocupó en saber como él se sentía. Y asi el chico serio se acostumbró a escuchar, a aconsejar, a sacar sonrisas y a siempre guardar su dolor.

Pero, oye chico serio, yo tengo algo para contarte, escúchame con atención: todas las sonrisas que has sembrado todos estos años, sean ellas grandes o pequeñas, se han multiplicado y han se transformado en luz y alegría que siempre te siguen para bendecir tu vida. ¿Qué? Aún no has notado toda esta alegría? Es que siempre estuviste tan preocupado en sacar sonrisas de los demás que te olvidaste lo principal, sonreir. La lección es sencilla chico serio. Sonríe, sonríe y deja que toda esa alegría sembrada vuelva de regreso a ti, deja que esa hermosa energía de gratitud te llene el alma porque tu también no te debes olvidar nunca, no te lo olvides, ¡Sonríe!